Tengo un cuaderno nuevo y el alma llena de emociones haciendo fila para ser inmortalizadfas en el intento de lograrlo con palabras escritas en morado.
Me están pasando cosas buenas, nuevamente siento que la vida me sonríe y eso significa que estoy siguiendo mis instintos fielmente y creando mi camino como dijera Antonio a un caminante que supo crear su propio destino: "caminante, no hay camino, se hace camino al andar" queda una senda, única e incapáz de volverse a caminar. Y esa gracia de la vida, ese espacio eterno de la sorpresa, que da paso a la incertidumbre que es necesariamente una invitación a conocer la verdad, nunca única, siempre propia y mutable y mañana es un nuevo día y nadie sabe lo que en él va a ocurrir, sólo sabremos que resultado de nuestra pleagaria será, a medida que nuestras vidas sigan las leyes del instinto, resultado de lo vivido con lo soñado y así, el mañana.
Daniel.
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