Las más pulenta del mes

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Encontros da vida

De pronto das un paso y estás ahí,
en ese exacto momento,
en aquél lugar:
único, irrepetible, irreversible también.
En ese exacto momento,
de pronto dió un paso y estaba ahí:
estaban los dos en aquél lugar.

Todavía no sabían realmente lo que iba a acontecer,
no tenían noción de la energía tanta que habíase de intercambiar.

Dicen que fueron los astros,
se habla también de un cambio de era,
de una mudanza en la velocidad de giro del planeta tierra.

Algunos dirían que fue una mera casualidad.

A veces pienso que desde que nacemos, los momentos importantes o no de nuestras vidas
estaban ya predefinidos; pienso eso porque no creo en las casualidades, aunque debo admitir que también no me acomoda tanto la falta de emoción que escondería la teoría de que todo estaba ya planeado previamente.

Entónces, fué en ese día, en ese I N S T A N T E, que todo comenzó.
Las velas habían ya dejado de arder y estabamos ahí, sabiendo que nada de eso era casual, ni mucho menos teníamos conciencia de haberlo escogido; no al menos con la mente, quizás sí con el corazón.

Estabamos tú y yo.


lunes, 17 de diciembre de 2012

Flores en la ciudad

De un viaje caí de pié en un jardín lleno de pasto.
De otro viaje veo hoy el jardín con brotes: Son flores de colores vivos y hierbas medicinales, que acercan a las personas cada día para beber un té, uno de hierbas y flores.
El momento sigue siendo lo único cierto. La vida pasa y reside en él. Esa es la cuestión, creo yo.
Si un día sales a caminar y cruzas esa mirada, sí; aquella mirada que te deja pasmado, pues no la quites de ahí. Ese es el único instante verdadero, desde ahí acontecerá todo: o no.
En este jardín lleno de flores acontecen nuestras vidas, nuestras miradas, sus olores, los sabores, los abrazos, las sonrisas y los llantos, que no son más que la emoción de saber que viene algo nuevo y tienes miedo, pero sin embargo ahí estás, viviéndolas todas porque de eso se trata nuestro juego, de vivir la vida.

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