Las más pulenta del mes

martes, 23 de febrero de 2010

No mentí.

Si no te digo, explotaría intentando guardar lo que llevo dentro y terminaría todo mal.
Si te cuento, me arriesgo a que no te parezca lo que tenía por decir y perderte sería una de las opciones que podría ocurrir.
Si no te digo, te miento y le miento también al que viene en camino y me miento en la mentira de mentirle a la promesa que prometí cuando me dije a mí mismo que jamás te habría de mentir.
Te quiero como ayer.
Te quiero también decir otras cosas más, pero por ahora así está bien.
Gracias por escuchar.

D.

martes, 9 de febrero de 2010

Vuela


Se sube y se baja, de lado; corta el viento y vuelve a subir, cae en picada, da tres vueltas al mundo, como cuando dábamos vuelta las láminas de álbum coleccionables, "la vuelta al mundo", eso valía para repetir y poder intentar la técnica nuevamente. Sigue volando mientras yo miro y tengo unas ganas irresistibles de ser ése pájaro que pasa cada día, cada mañana, sobre el sol, entre las nubes, bajo la lluvia; al gorrión del sur no le importa la lluvia, o le importa tanto que le encanta.

Vuelas y vuelo contigo.

Anoche volé.

D.

viernes, 5 de febrero de 2010

Visitas


Vieneron a verme. Tupper y Fede, o Fede y Tupper? jeje. Desde Santiago hasta pichiquillaipe, acá en el sur de los lugares de un país, aunque no importe, aunque eso realmente no exista, los países me refiero. No existen. Tuvimos unos momentos, entre el ajetreo de la vida que aunque es acá en el sur, anda rápida como siempre.
El sur es azul y en el sur conocí el verdadero color del gris, que es claro y oscuro a veces pero tiene luz y tiene vida en él. Llegaron cargados de buena onda, vinieron a mi casa, que es tanto o más suya que nosotros, porque como les decía a ellos, la decisión de venir para el sur, la tomamos juntos, todos nosotros, cada vez que nos juntamos a conversar y dilucidar e imaginar lo que sería de mis días por acá. Nunca supe lo que sería realmente, sólo lo sé ahora y ahora también lo saben ellos.
No tengo espacio para más felicidad a causa de la vida en la colina de pichiquillaipe. Ya dije esa palabra dos veces y me quedan muchas más.

Venganse todos y pasen por acá, que mi casa será siempre también su lugar.

D.

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