Sacarse el ego de entremedio
de la mente y el corazón y dejar el paso
libre a las sensaciones, emociones,
caricias de la vida.
Subirse arriba del amor
y encontrarse con el mundo
de los sueños que
a veces olvidamos,
volar en alas de amor,
no rumbo a la felicidad,
viviéndola cada segundo
porque la vida es la huella del amor.
Daniel.
2.1.8
Valparaíso.
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