Las más pulenta del mes

viernes, 11 de septiembre de 2009

Ha llegado un provinciano.


Llegué a Santiago proviciano y Martín Rivas salió a mi encuentro en la salida del metro, las gallinas que yo guardaba en mi pecho me cantaban, Martín Rivas.


Me cantaban las gallinas en el metro, que allá en mi población la noche es un poema. Que mi patio, mis amigos, las estrellas, están en mí.


Mi sombra apunta hacia el mapocho y mis zapatos dan con la prisa en la micro, en el peldaño y en las esquinas con los ojos voy tomando fotografías.


Fotografío mi zapato en el peldaño, en el mapocho mis sombra se ha dado un baño y en las esquinas con los ojos voy tomando, fotografías.


Cuando era niño jugué a la Gran Capital y ahora en serio con los dados del destino voy avanzando los cuadritos del camino en la ciudad.


Me cantaban las gallinas en la esquina que allá en mi población la noche es un poema, que mi patio, mis amigos, las estrellas están en mí.


El Diablo incendia las ventanas al poniente y en el oriente una monja es la cordillera, que espera siempre a que abras las ventanas y las puertas. El diablo incendia las ventanas, cantan gallinas cantan monjas al oriente, que un provinciano se ha marchado, un provinciano se ha marchado, un provinciano se ha marchado.



Y todo esto escrito por Manuel García, lo copio en este instrumento virtual porque el autor ha llegado una vez más a Puerto Montt. Y el provinciano ahora soy yo.


D.

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