Ella lo miraba con celo. Lo amaba y lo odiaba también. Él no estaba ahí realmente. Andaba siempre volando por los techos de algún edificio con balcones, queriendo volar desde el cielo, mas no morir en el intento, sólo volar. Volaba, de todas maneras cuando soñaba. A veces despierto. Por un tiempo vivió en las nubes de maravillado corazón. Salió un día de casa con sinvuelta, sólo un pasaje tenía y era de ida pedaleando una bicicleta. Al sur la gente lo trató bien. Era un viaje de comprensión de la vida, de exploración de una vida nueva que no tenía aún forma no rumbo realmente y que, difícilmente termniaría siendo lo que ahora es. Sin saberlo, salió un día de casa, para no volver.
D.
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