Las más pulenta del mes

miércoles, 27 de julio de 2011

Na que decir


Es que nuestras miradas hablaron ese día.
Se tomaron su tiempo en charlar sobre la situación y llegaron a un acuerdo: Lloramos.
Lloramos en el piso,
lloramos en el alma,
lloramos abrazados y nos besamos las lágrimas.
Porque todo fue cierto; lo bueno y lo malo y la grieta se abrió de un sopetón.

Lo cierto es que te quiero y que me quieres
que jugamos como niños y me llevas a ese entonces
en que todo eran colores y dulces
sabores y armonía.
Como ayer
Como hoy.

Las tiritas de colores alegran el andar de cualquiera que pase por tu lado.
Eres risa,
Eres dulce,
Eres flor.

sábado, 23 de julio de 2011

Canción sin final


Y aquí estoy.
Mirando como pasa la tarde allá afuera
mientras pienso a quien llamar
con quien pasar el atardecer.

Y no consigo escribir una canción
que no tiene motivo real,
tan sólo el final,

Hablaría de una vida de vaivenes,
cantaríamos arriba de unos trenes
que la luna se ha llevado mis pesares
y ahora ya no sé más qué decir,
si ya viste cómo me fui,
pero sigo aquí.

Lo que ocurre en realidad
son las manos de los dos,
que pasan frío si no estamos;
que oscurece todo allá afuera,
mientras me quedo esperando
una canción sin sentido,
una canción sin final.

Yo sólo venía a decir
que hoy quise compartir
mi día con alguien que
quisiera sólo entrar
y venir a saludar.

Nos perdimos el final.

miércoles, 20 de julio de 2011

Coordenadas


Foto: Rafael Trovar

Es real. La familia siempre está.
En donde reside el valor principal es en su función de fortalecedor del espíritu, su presencia omnipotente, su espejo desde la ubicación más cercana. No es el factor sanguíneo me parece solamente, es también, o si no más el factor relativo, el cómo, el cuándo, el contexto además que todo lo atraviesa.

-Pero, ¿dónde queda el amor?
-Por sobre todo lo demás. Y es ahí precisamente donde uno puede encontrar a su familia en amigos, en parejas, en gente que quizás no vemos con frecuencia, pero el amor no sabe de tiempo, sólo sabe de lo eterno, de la falta de límites, de lo más cercano al alma.
-Entonces, aunque decidas invertir tu tiempo en otras cosas, no significa que aquellas reciben más amor de parte de uno?
-hmmm, es complicado.
-¿Cómo?
-Verás, a veces siento que sí. Que me levanto un día por la mañana y quisiera solamente dormir, quizás soñando otra realidad. Pero, ¿sabes? la realidad es bastante cercana a lo que cada uno, dentro suyo, en su yo total, decide que será. Entonces, visto desde ese ángulo, ¿porqué habrias de quejarte de algo que tú construíste?, tu pareja, tu casa, tu trabajo, tus hijos, tus estados de ánimo, tu luna y tu sol, tu vida. Entonces, simplemente te haces responsable de cada detalle de tu existencia y decides vivirlo desde la felicidad o mejor dicho, desde el amor.
-Pero por ejemplo; si voy un día por la calle, pasa un auto y me atropella, ¿debo estar felíz por ello?
-En el instante no. Pero cuando un tiempo transcurra, y mires hacia atrás, comprenderás porqué todo ha sucedido, y entendiendo el sentido real de ese accidente, no será ya un error, será una certeza y la pena ya no estará ahí, residirá la alegría de estar vivo y poder amar.

Prece tan claro y a la vez tan difícil de llevar presente a todas partes y en cada instante. Pero a veces la vida anda muy velóz y olvidamos que antes de todo está el amor.

Luz.

domingo, 17 de julio de 2011

Una mirada

Cuando vine, dije que venía por tan solo un par de meses, que quería ordenar asuntos económicos, emocionales, azules. Hoy ya me encuentro con el pelo corto y sin barba pero el alma sigue intacta. Vine en el fondo a compartir una mirada. Una con cada uno de los que nos fuimos encontrando en algunos casos y reencontrando en algunos otros, algo más que un simple ¿cómo estás?, vine a certificar esa respuesta sin hacer la pregunta.

Vine hace exactamente 8 meses y medio y ahora puedo decir que quiero regresar. No sé realmente cuándo, pero al menos sé que lo quiero. Quiero azul, quiero verde, quiero amor del sur y amar en el sur. Quiero cumplir con lo soñado, quiero soñar con el futuro arriba de una cerro en precordillera verdiazul y no despertarme la mañana siguiente en la preemergencia grisácea. Y no se trata realmente de que en el contexto acutal y mi estadía en él haya habido alguna desilusión o algún elemento que me haga pensar que esto está mal, es más que nada el instinto que me lleva a seguir la luz del viento que siento; lo que siento es azul.

Seguiré esperando el instante preciso, la ráfaga de viento, la brisa del mar, desde donde cuelgue una mano y llegue volando a navegar en nuestro mar azul.

Quiero volar.

jueves, 14 de julio de 2011

Necesito


"...Necesito alguien que me emparche un poco y que limpie mi cabeza,
que cocine guisos de madre, postres de abuela y torres de caramelo..."

Y que así vayamos por la vida, eligiendo el norte,
con las alas abiertas, conociendo el viento,
aprendiendo a volar.

Uno espera que llegue solamente,
que en el momento menos esperado, mires hacia atrás
y alguien toca tu hombro
y no necesites nisiquiera voltear para ver quién será;
simplemente ahí estará, con los brazos abiertos,
esperando el primer abrazo de los miles que vendrán en el camino futuro,
que si bien, sabemos que no existe, algún día será y lo que ahí ocurrirá,
será simplemente lo mejor que pudo haber pasado.

La última vez que me pregunté dónde andarás fue a los quince.
No siento estar preguntandome lo mismo ahora precisamente,
siento más bien el calor que se avecina
de alguien que quiere compartir el rumbo
y me enseñará a volar.

Dejarse llevar.

Volemos libres por la vida y por los sueños.
Vivamos el sueño como vino,
entenderlo es despues.

Vamos al sur,
hagamos la huerta,
lleguemos a la cima del cerro pichiquillaipino
y lancémonos al vacío.
Después miramos para atrás y estaremos viviendo en el futuro.

No sé.

lunes, 11 de julio de 2011

A veces me caigo


Hace mucho que esto no ocurría.
Como si un sueño hubiera intervenido, un mensaje que ha llegado desde lo supremo.
Despierto con esa sensación recurrente cuando uno se está alejando de lo propio.
Hoy desperté así, como dudando si salir o no, si no será mejor seguir durmiendo, soñando con un futuro muy diferente, uno azul.
De todas maneras, saldré. Seguiré andando con el instinto hoy más despierto que ayer,
retomando el rumbo, escuchando al viento y la flor en el camino, que saben más que yo o al menos miran desde lo macro.
Hoy sigo mi camino siempre dispuesto a girar, siempre sintiendo los pasos, a veces con ojos cerrados, otras mirando el cielo y no el suelo. A veces me caigo.

El rumbo incierto le da sentido al viento.

martes, 5 de julio de 2011

Ya pasó


Los miro.
Se detienen más tiempo que el resto en una esquina. Esperan sin ansias que el tiempo pase.
El tiempo ya es parte de sus vidas.

Miran con nostalgia hacia el horizonte,
seguramente pensando en cómo ha cambiado todo esto.
Nadie se detiene mucho a mirarlos.
Yo sí.

Paso por el lado y me quedo como haciendo que leo una revista.
Mas miro sus miradas. Leo su nostalgia, casi veo en sus recuerdos, casi siento su dolor,
casi lloro sus lágrimas; me largo a llorar por dentro. Y debo seguir,
pues el tiempo avanza pronto
y mas temprano que tarde, miraré hacia atrás, usando sus ojos para ver,
sintiendo sus pasos lentos,
cansados, más bien, agotados.

Detenganse.

domingo, 3 de julio de 2011

Diego Álvarez "Bordados"

Hacer


Ser, no es más que hacer. Soñar que hacemos es la etapa previa al hacer. Cuando hacemos, estamos convirtiendo las energías escritas en palabras, a la realidad. De pronto me veo haciendo un sueño realidad y sonrío. Vivamos el presente que no hay más forma que para ver el sol. Estar despierto en el momento en que sale el rayo de luz. Ver la luz, vivir la luz, y luego iluminar.
Ser.
Dios.
Luz.

viernes, 1 de julio de 2011

No lo supe hacer


Creo que eramos un par de niños jugando. Y jugando lindo.
En eso, pensamos en jugar a otras cosas;
y me equivoqué.
Pero porqué dejaríamos de ser amigos?
¿Y si volvieramos al camino inicial? y si indagamos en el camino de la amistad?
¿Y porqué no equivocarse mil veces más, siempre?
¿Y porqué reaccionar causando dolor a los demás?
Me porté mal.
De hecho, lo único que me duele es el dolor que siento haber causado, y porsupuesto, pensar en perder a esa amiga que llevas contigo, esa amiga mía a la que quisiera alguna vez tener.
Eso.
Perdón.
Dolor.
Es cierto y da igual.
No espero nada ahora. Pero quisiera sanar.
Y fue mi ego. Cierto. Y ahora es mi alma.
Cierto también.

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