...y esa angustia que amarra
la garganta para que no salga el llanto
y los lamentos,
y se vino el invierno encima de un alma
que busca el rumbo en un viaje
y no puede decidir donde acampar...
Y el viento se hacía dueño de mi alma,
el mar recogía mis sueños pasados y se los llevaba al infinito,
debo ahora recopilar botellas que flotan en los mares de un lugar lejano.
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