El Bolsón

Eramos aquí, sin conocer a nadie nuevamente y nos metimos instintivamente a unas calles de tierra, en dirección al río. Llegamos a una esquina y comimos unas guindas de un árbol, a lo que se aparece una señora de la casa esquina y nos mete conversa. Al rato me llaman los chicos mientras yo buscaba al administrador de una escuela para ver si podíamo acampar allí y ya estábamos dentro de la casa de los Vilches Muñoz. Acampamos en su patio, cenamos en su mesa y comimos de su pan hecho por la señora Luisa Muñoz. Una experiencia muy llenadora, unos amigos muy hospitalarios.