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domingo, 1 de septiembre de 2013

Amor es libertad

Si le preguntaras a un niño qué es el amor,
tal vez su respuesta sería que el amor es como prestarle tus juguetes a un amigo,
que lo rico es sentir la alegría que significa para ese amigo, disfrutar de lo tuyo,
de lo bueno que es compartir. En algún caso sería que el amor lo tienes por los juguetes o las cosas que tienes, por eso es importante cuidarlas, diría un niño a quien le han enseñado a cuidar mucho sus cosas, pero difícilmente hasta el punto de no querer compartirlas, y es ahí donde creo que reside el acto de amor, en el goce de compartir sentimientos y emociones, experiencias, con el resto, con el mundo entero. Andar por la vida de corazón abierto es, sin duda, un gran desafío. Pues lo normal en la actualidad intentaría llevarnos hacia otro polo.

Un día subí varias cuadras demás por Av.Vitacura. Inclusive estacioné el auto, cerré la puerta y me dirigí erróneamente hacia un local en donde no tenía que ir. Al percatarme de mi error y regresar, ocurrió algo inesperado. Un extranjero se me acercó a preguntarme por una dirección que quedaba varias cuadras más arriba todavía. No sé, respondí con cierta indiferencia y seguí rumbo al auto calefaccionado que me esperaba estacionado. (Hacía frío, mucho) Al subir, pensé pues porqué no podría yo, que hace un par de días atrás vivía como inmigrante en otro país, reaizar un acto de amor y ofrecerle un aventón al hermano latinoamericano. Subí media cuadra, lo encontré y le ofrecí llevarlo, a lo que sin dudarlo mucho, asintió. Lo primero que dijo al subir fué "Aquí si que está calentito".

En ese momento no lo supe dilucidar. Ahora que lo recuerdo, pienso que los actos de amor siempre están acompañados de un acto de libertad en paralelo. Siguiendo el ejemplo anterior, para acceder a la idea de llevar a un desconocido, se debe antes uno librar del miedo a lo desconocido valga la redundancia y toda la desconfianza que eso conlleva socialmente.

Si te digo que te amo,
te digo que soy libre
al saber que mi entrega no ansía un retorno de tu parte
más que un beso y un abrazo.
Mi amor no quiere sostenerte en brazos para que sigas mi camino,
quiere que casualmente
andemos por el mismo sendero;
hasta que tal vez un día,
elijas un camino aledaño
y tomes otro rumbo.

O tal vez no.

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