Entonces les habíamos contado que camino a Bariloche acampamos en un campamento Adventista, un lugar precioso, con gente linda y muy buena que nos supo dar acogida y dejarnos en claro que somos todo hermanos, antes de religiones, nacionalidades, pareceres; hermanos y nos cuidamos.
Gracias a todos quienes estuvieron ahí compartiendo con estos viajeros a pedales.