Las más pulenta del mes

jueves, 2 de enero de 2014

Terremoto emocional: sólo sabemos avanzar.

Son tantas las aristas que influyen en las vidas de uno, las de todos.
La vida de un niño se refleja en su futuro hombre,
su manera de ser adulto, o no serlo; tienen una relación directamente proporcional con su comportamiento en los días venideros: en cada uno de ellos.
Y en eso, vamos andando. Establecemos relaciones, intentamos entregar amor de la manera en que lo habíamos recibido siempre. En eso nos vamos conformando como seres sociales, en habitantes de un país, de una ciudad, de una casa, de una relación con la pareja, con los amigos, con los trabajos. En algún minuto nos empezamos a preguntar el porqué de nuestras reacciones, de la manera en que tomamos las decisiones sobre los pasos próximos e inevitablemente, aparecen los juicios. Yo me pregunto: Hasta qué punto es válido emitir un juicio sobre otra persona? sabiendo que no has vivido su vida, que no conoces realmente su historia, todo ese background de vivencias que son lo que al final conforman su persona? tiene el ser humano realmente la capacidad de conocer la empatía? de situarse al otro lado de la vereda, sentir lo que el otro siente y a partir de eso, realizar un análisis sobre su manera de actuar?. No lo veo. No lo he visto ni en las personas que más han dicho amar mi persona y no lo he hecho con las otras que yo juré amor tampoco. Al parecer tenemos una incesable manía de dedicarnos a apuntar al resto, de enjuiciar sin empatizar previamente, sin "deconstruir" las situaciones para así reconstruirlas y emitir una señal con más información.
Hoy en día soy de los que intentan al menos no plantearse como un ser perfecto que no tiene problemas, no de aquellos que suelen apuntar. Porque eso no tendría cómo llegar a un buen final, creo que ningún ser humano podría soportar ver la punta de la flecha llegando directo a su cabeza sin intentar al menos esquivarla. Y ojalá logre esquivarla, pues sentir la flecha ingresando, será a lo menos motivo para no regresar a aquél lugar.
Por otra parte, creo firmemente en que los seres vivos con conciencia tienden a mejorar. Sin dejar de lado porsupuesto los lapsus que cada uno tiene derecho a vivir, momentos para sufrir, momentos para llorar y sentir las penas, las derrotas. Pero nos ponemos de pié y sólo sabemos avanzar, el sólo hecho de que exista un mañana, implica que lo que sigue es un paso adelante. De todas las vivencias, sabremos cosechar y sin duda todos queremos encontrar la paz.

Avanzo y te invito a caminar.

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