Te ví desde la ventana pequeña del asiento trasero del colectivo al que me subí. Cada auto que pasaba tenía tus ojos detrás, como buscandome para darme el último adiós. Yo te miré también, busqué tu mirada como tú buscaste la mía.

Siento que podemos ser buenos amigos.

Un día gris, reflexivo, un paso adelante y larga vida al pasado. Volver, volver y volver hacia él, hasta encontrar lo escencial, eso escondido que teníamos desde antes que tuvieramos todo esto, que no es necesario realmente, todo esto está demás.

Y mi vida destrás de una pantalla que se consume los pensamientos que antes volaban libremente y ahora viajan solamente entre los dedos y el teclado, el resto es irreal, una simple pseudosatisfacción para la mente, pero el alma no se la compra. Ella sabe realmente cómo la vida es en armonía y simpleza.

Puro, blanco, simple. Luego de un fin de semana cargado de alegrías, emociones, amor azul, viento fuerte y días helados pero cálidos.

D.