Cierra tus ojos. La luz se ve con el alma abierta y los ojos cerrados, para no confundirse con los brillos de los reflejos de edificios, vehículos. Esa no es la luz.
Anda, confía; cierra los ojos.
Dame tu mano, aunque tenga los ojos cerrados, confía.
Porque la vida en el instinto es verdadera y cada día te sorprendes más,
de las casualidades,
de los encuentros,
de cuánto alumbra la luz.
Como si estuvieras flotando, mas bien volando, tírate al vacío. Tírate conmigo.
Aunque tengamos los ojos cerrados, aunque vayamos con los brazos abiertos;
pues vamos con la luz en la frente,
que lo ilumina todo, que lo hace todo posible. Esa es la luz. Así es la vida, el resto son solo reflejos de algunos espejos quebrados o ventanas Brand new de los monstruosos edificios que nos acechan. Cierra los ojos.
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