La vida está muy buena. Pasé por el sur este fin de semana y me encontré con los mejores, con los hermanos. Fuimos tres nuevamente eramos más en verdad, pero fuimos los tres, quizás por última vez. Pichiquillaipe marcó una era, no tan sólo en nosotros, sino en la humanidad completa que pasó por nuestras vidas en ese tiempo e inclusive en la actualidad.
Cambian nuestras miradas, el otro día manejaba camino a chamiza, de pasada mientras conversaba con alguien que venía atrás, pasé por mi propia mirada y me sonreí al verla. Era otra, era otro. Ahora el cuento está en ver cómo lo hago para ser ese, el de allá, pero puesto acá, en el mundo velóz, en la vida más loca, rápida, menos sensible.
Abrazos, miradas, cariño, sinceridad. El sur, no tiene igual.
Ustedes no tienen igual.
Amor.
D.
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