LUNÁTICO
Las vueltas de la vida y los artistas que se cruzan en el camino
Las más pulenta del mes
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Para que las ganas que tengo de nosotros, puedan florecer, necesito sentir que tienes ganas de mí. De lo vivido me llevé los mejores abra...
lunes, 13 de julio de 2015
Círculo de preguntas sin respuestas.
Para que las ganas que tengo de nosotros, puedan florecer, necesito sentir que tienes ganas de mí. De lo vivido me llevé los mejores abrazos, nuestros escritos, drexler sonando en la radio y esa pizarrita que decía cosas lindas para levantarse con muchas ganas cada día; nada de eso existe ahora y tu perfume merodea entre mis recuerdos hasta el día de hoy. Nadie se quedó dentro de mí por tanto tiempo, siento una especie de arrepentimiento adelantado, o tal vez arrepentimiento en sí, de pensar que te perdí y no saber si me lo debería permitir. En el fondo lo que quiero decir, es que ya sabes que estoy aquí, pensando en tí y quisiera sentir que tú estás todavía ahí, pensando en mí. Pero no quiero presionar, ni forzar los sentimientos tuyos o cohartar tus planes de vuelo por satisfacer mi falta de amor. Tampoco sé si quiero amor de alguien más que no seas tú. Me tienes confundido; no sé qué hacer, si partir con un ramo de flores y tocar a tu puerta o dejar que o hagas tú. Siento que este escrito se pasea entre preguntas que necesitan respuestas que no tengo, así es que lo dejo aquí. Es para tí.
jueves, 25 de septiembre de 2014
Un hombre común.
Me siento en un lugar extremo. El más extremo en que recuerdo haber estado.
En el último período de mi vida han ocurrido varios acontecimientos, cosas inusuales que me hacen sentir que ya no soy el mismo que parecía no afectarse por los hechos que le rodeaban. Hoy soy un hombre sencillo y me siento más vulnerable, ya no soy un muchacho invencible, como solía ser. Trabajo como publicista, a pesar de ser productor. Cada día escribo menos, a pesar de que solía escribir mucho. Echo de menos a las peronas que ya no tengo cerca, a pesar que yo soy alguien que deja volar a las aves que se posan en mis manos. Pareciera que estoy asumiento que soy un hombre común, a pesar de que no crea serlo: soy de carne y hueso, tengo falencias y también siento sueño, a pesar que antes podía pasar una semana sin dormir y siempre creía que jamás pasaría por mí una enfermedad y que nada podría vencerme.
Debo asumir que me gustan los ángulos rectos y también que moría de ganas de escribir.
domingo, 20 de abril de 2014
El Domingo que no acabó con esta semana
Como intentando descifrar la razón que se esconde detrás de la ansiedad, insasiable me encuentro detrás de esta pantalla yo y algunos accesorios que intentar dar término a una semana que no quiere acabar en Domingo. Hago algunos intentos de acompañarme, unos lo hacen conmigo sin pedir permiso. Hablo del gato, que duerme complaciente en en sillón, apoyado en un sombrero que tampoco ha sabido tener final. Mientras las redes sociales no saben ni pseudosatisfacer mis ganas de reunión, o acalmar la imposibilidad de quedarme aquí a efrentarme a mí mismo, aunque sea un par de horas solo conmigo, y con el gato en mi tarde de domingo; y sabina hablando del ruido, yo no sé más de silencio. Grabo la escena completa de mí ante la pantalla a raíz de un petitorio exclamado por una mujer que estaba detrás de otra pantalla pidiendo enviar un video de uno haciendo esto, estando detrás de la pantalla, haciendo como que no sé que grabo esta película sobre un repatriado que habita en la ciudad de Santiago. Mecánica Popular ya no fué popular y Chinoy ya no causa estragos en la escena underground nacional. Y yo en esta construcción personal que indaga en una infancia que no supo respetar la autoridad pues no quiso otorgarle esa calidad ni al futbol, ni a la patria, ni a la razón ni la fuerza; yo sigo aquí. Dí un grito al amor. A ese amor grande, amplio, no al amor de dos personas solamente, al amor a la vida, a la existencia y a los pasos que conforman nuestros caminos que se encuentran cuando quieren o cuando queremos, o cuando dios lo quiso, si prefieren. Yo no creo en Dios. Tampoco creo en dos. No logra satisfacerme la idea de que la vida sea tan compleja como para tener que venir a desarmarnos de la madeja enrredada en la que nacemos y verme al borde de los 30 sintiendo que no he logrado concertarme. Acaso alguien si?
Creo en mí, eso sí.
Creo en mí, eso sí.
lunes, 10 de marzo de 2014
Gato
Con una humildad y a la vez seguridad inigualables, se acerca a mi morada y se instala como si fuera suya. Sus movimientos son delicados, preciosos y perfectos; no sabe lo que es dar un paso en falso.
Me cautiva con su entrega, se da por completo. Y de pronto, no está; se ha ido a recorrer la ciudad, tan llena de amenazas que es difícil saber si algún día volverá.
Cuando viene, adorna el espacio, sabiendo mostrarse con un protagnismo extremadamente inteligente, se deja caer sobre cualquier mueble a meditar, haciendo como si nadie lo viera, sabiendo sin embargo que capta la atención de quien se encuentre alrededor, de manera ineludible.
Cuando no está, me pregunto por donde andará, si tal vez conoció a otro, si alguien más lo habrá invitado a cenar o le habrá servidio un buen vaso de agua, o una taza de té quizás.
Cuanto menos y cuanto más podría pasar observando su actuar? Un gato tiene mucho que enseñar.
Me cautiva con su entrega, se da por completo. Y de pronto, no está; se ha ido a recorrer la ciudad, tan llena de amenazas que es difícil saber si algún día volverá.
Cuando viene, adorna el espacio, sabiendo mostrarse con un protagnismo extremadamente inteligente, se deja caer sobre cualquier mueble a meditar, haciendo como si nadie lo viera, sabiendo sin embargo que capta la atención de quien se encuentre alrededor, de manera ineludible.
Cuando no está, me pregunto por donde andará, si tal vez conoció a otro, si alguien más lo habrá invitado a cenar o le habrá servidio un buen vaso de agua, o una taza de té quizás.
Cuanto menos y cuanto más podría pasar observando su actuar? Un gato tiene mucho que enseñar.
lunes, 17 de febrero de 2014
Mientras tanto sigo aquí
Siento un reencuentro celestial conmigo mismo.
Entre los ires, los venires, los que vienen y los que fueron, me he entregado hasta el punto de olvidarme de mí mismo. Y hasta cuándo o hasta dónde realmente podría uno continuar si inevitablemente habemos de retroceder a recobrar esa esencia que voy dejando desparramada entre abrazos, cigarrillos y cachetadas?
Me detengo un segundo.
O tal vez dos.
Para mirar alrededor
y recordar quien soy.
Sin embargo sigo aquí
y no puedo más que sentir
que es este el instante
más re lindo que viví.
El presente continúa
en el trono de lo único que tengo,
este queridísimo momento.
Salud.
Entre los ires, los venires, los que vienen y los que fueron, me he entregado hasta el punto de olvidarme de mí mismo. Y hasta cuándo o hasta dónde realmente podría uno continuar si inevitablemente habemos de retroceder a recobrar esa esencia que voy dejando desparramada entre abrazos, cigarrillos y cachetadas?
Me detengo un segundo.
O tal vez dos.
Para mirar alrededor
y recordar quien soy.
Sin embargo sigo aquí
y no puedo más que sentir
que es este el instante
más re lindo que viví.
El presente continúa
en el trono de lo único que tengo,
este queridísimo momento.
Salud.
jueves, 2 de enero de 2014
Terremoto emocional: sólo sabemos avanzar.
Son tantas las aristas que influyen en las vidas de uno, las de todos.
La vida de un niño se refleja en su futuro hombre,
su manera de ser adulto, o no serlo; tienen una relación directamente proporcional con su comportamiento en los días venideros: en cada uno de ellos.
Y en eso, vamos andando. Establecemos relaciones, intentamos entregar amor de la manera en que lo habíamos recibido siempre. En eso nos vamos conformando como seres sociales, en habitantes de un país, de una ciudad, de una casa, de una relación con la pareja, con los amigos, con los trabajos. En algún minuto nos empezamos a preguntar el porqué de nuestras reacciones, de la manera en que tomamos las decisiones sobre los pasos próximos e inevitablemente, aparecen los juicios. Yo me pregunto: Hasta qué punto es válido emitir un juicio sobre otra persona? sabiendo que no has vivido su vida, que no conoces realmente su historia, todo ese background de vivencias que son lo que al final conforman su persona? tiene el ser humano realmente la capacidad de conocer la empatía? de situarse al otro lado de la vereda, sentir lo que el otro siente y a partir de eso, realizar un análisis sobre su manera de actuar?. No lo veo. No lo he visto ni en las personas que más han dicho amar mi persona y no lo he hecho con las otras que yo juré amor tampoco. Al parecer tenemos una incesable manía de dedicarnos a apuntar al resto, de enjuiciar sin empatizar previamente, sin "deconstruir" las situaciones para así reconstruirlas y emitir una señal con más información.
Hoy en día soy de los que intentan al menos no plantearse como un ser perfecto que no tiene problemas, no de aquellos que suelen apuntar. Porque eso no tendría cómo llegar a un buen final, creo que ningún ser humano podría soportar ver la punta de la flecha llegando directo a su cabeza sin intentar al menos esquivarla. Y ojalá logre esquivarla, pues sentir la flecha ingresando, será a lo menos motivo para no regresar a aquél lugar.
Por otra parte, creo firmemente en que los seres vivos con conciencia tienden a mejorar. Sin dejar de lado porsupuesto los lapsus que cada uno tiene derecho a vivir, momentos para sufrir, momentos para llorar y sentir las penas, las derrotas. Pero nos ponemos de pié y sólo sabemos avanzar, el sólo hecho de que exista un mañana, implica que lo que sigue es un paso adelante. De todas las vivencias, sabremos cosechar y sin duda todos queremos encontrar la paz.
Avanzo y te invito a caminar.
La vida de un niño se refleja en su futuro hombre,
su manera de ser adulto, o no serlo; tienen una relación directamente proporcional con su comportamiento en los días venideros: en cada uno de ellos.
Y en eso, vamos andando. Establecemos relaciones, intentamos entregar amor de la manera en que lo habíamos recibido siempre. En eso nos vamos conformando como seres sociales, en habitantes de un país, de una ciudad, de una casa, de una relación con la pareja, con los amigos, con los trabajos. En algún minuto nos empezamos a preguntar el porqué de nuestras reacciones, de la manera en que tomamos las decisiones sobre los pasos próximos e inevitablemente, aparecen los juicios. Yo me pregunto: Hasta qué punto es válido emitir un juicio sobre otra persona? sabiendo que no has vivido su vida, que no conoces realmente su historia, todo ese background de vivencias que son lo que al final conforman su persona? tiene el ser humano realmente la capacidad de conocer la empatía? de situarse al otro lado de la vereda, sentir lo que el otro siente y a partir de eso, realizar un análisis sobre su manera de actuar?. No lo veo. No lo he visto ni en las personas que más han dicho amar mi persona y no lo he hecho con las otras que yo juré amor tampoco. Al parecer tenemos una incesable manía de dedicarnos a apuntar al resto, de enjuiciar sin empatizar previamente, sin "deconstruir" las situaciones para así reconstruirlas y emitir una señal con más información.
Hoy en día soy de los que intentan al menos no plantearse como un ser perfecto que no tiene problemas, no de aquellos que suelen apuntar. Porque eso no tendría cómo llegar a un buen final, creo que ningún ser humano podría soportar ver la punta de la flecha llegando directo a su cabeza sin intentar al menos esquivarla. Y ojalá logre esquivarla, pues sentir la flecha ingresando, será a lo menos motivo para no regresar a aquél lugar.
Por otra parte, creo firmemente en que los seres vivos con conciencia tienden a mejorar. Sin dejar de lado porsupuesto los lapsus que cada uno tiene derecho a vivir, momentos para sufrir, momentos para llorar y sentir las penas, las derrotas. Pero nos ponemos de pié y sólo sabemos avanzar, el sólo hecho de que exista un mañana, implica que lo que sigue es un paso adelante. De todas las vivencias, sabremos cosechar y sin duda todos queremos encontrar la paz.
Avanzo y te invito a caminar.
lunes, 14 de octubre de 2013
miércoles, 11 de septiembre de 2013
domingo, 1 de septiembre de 2013
Amor es libertad
Si le preguntaras a un niño qué es el amor,
tal vez su respuesta sería que el amor es como prestarle tus juguetes a un amigo,
que lo rico es sentir la alegría que significa para ese amigo, disfrutar de lo tuyo,
de lo bueno que es compartir. En algún caso sería que el amor lo tienes por los juguetes o las cosas que tienes, por eso es importante cuidarlas, diría un niño a quien le han enseñado a cuidar mucho sus cosas, pero difícilmente hasta el punto de no querer compartirlas, y es ahí donde creo que reside el acto de amor, en el goce de compartir sentimientos y emociones, experiencias, con el resto, con el mundo entero. Andar por la vida de corazón abierto es, sin duda, un gran desafío. Pues lo normal en la actualidad intentaría llevarnos hacia otro polo.
Un día subí varias cuadras demás por Av.Vitacura. Inclusive estacioné el auto, cerré la puerta y me dirigí erróneamente hacia un local en donde no tenía que ir. Al percatarme de mi error y regresar, ocurrió algo inesperado. Un extranjero se me acercó a preguntarme por una dirección que quedaba varias cuadras más arriba todavía. No sé, respondí con cierta indiferencia y seguí rumbo al auto calefaccionado que me esperaba estacionado. (Hacía frío, mucho) Al subir, pensé pues porqué no podría yo, que hace un par de días atrás vivía como inmigrante en otro país, reaizar un acto de amor y ofrecerle un aventón al hermano latinoamericano. Subí media cuadra, lo encontré y le ofrecí llevarlo, a lo que sin dudarlo mucho, asintió. Lo primero que dijo al subir fué "Aquí si que está calentito".
En ese momento no lo supe dilucidar. Ahora que lo recuerdo, pienso que los actos de amor siempre están acompañados de un acto de libertad en paralelo. Siguiendo el ejemplo anterior, para acceder a la idea de llevar a un desconocido, se debe antes uno librar del miedo a lo desconocido valga la redundancia y toda la desconfianza que eso conlleva socialmente.
Si te digo que te amo,
te digo que soy libre
al saber que mi entrega no ansía un retorno de tu parte
más que un beso y un abrazo.
Mi amor no quiere sostenerte en brazos para que sigas mi camino,
quiere que casualmente
andemos por el mismo sendero;
hasta que tal vez un día,
elijas un camino aledaño
y tomes otro rumbo.
O tal vez no.
tal vez su respuesta sería que el amor es como prestarle tus juguetes a un amigo,
que lo rico es sentir la alegría que significa para ese amigo, disfrutar de lo tuyo,
de lo bueno que es compartir. En algún caso sería que el amor lo tienes por los juguetes o las cosas que tienes, por eso es importante cuidarlas, diría un niño a quien le han enseñado a cuidar mucho sus cosas, pero difícilmente hasta el punto de no querer compartirlas, y es ahí donde creo que reside el acto de amor, en el goce de compartir sentimientos y emociones, experiencias, con el resto, con el mundo entero. Andar por la vida de corazón abierto es, sin duda, un gran desafío. Pues lo normal en la actualidad intentaría llevarnos hacia otro polo.
Un día subí varias cuadras demás por Av.Vitacura. Inclusive estacioné el auto, cerré la puerta y me dirigí erróneamente hacia un local en donde no tenía que ir. Al percatarme de mi error y regresar, ocurrió algo inesperado. Un extranjero se me acercó a preguntarme por una dirección que quedaba varias cuadras más arriba todavía. No sé, respondí con cierta indiferencia y seguí rumbo al auto calefaccionado que me esperaba estacionado. (Hacía frío, mucho) Al subir, pensé pues porqué no podría yo, que hace un par de días atrás vivía como inmigrante en otro país, reaizar un acto de amor y ofrecerle un aventón al hermano latinoamericano. Subí media cuadra, lo encontré y le ofrecí llevarlo, a lo que sin dudarlo mucho, asintió. Lo primero que dijo al subir fué "Aquí si que está calentito".
En ese momento no lo supe dilucidar. Ahora que lo recuerdo, pienso que los actos de amor siempre están acompañados de un acto de libertad en paralelo. Siguiendo el ejemplo anterior, para acceder a la idea de llevar a un desconocido, se debe antes uno librar del miedo a lo desconocido valga la redundancia y toda la desconfianza que eso conlleva socialmente.
Si te digo que te amo,
te digo que soy libre
al saber que mi entrega no ansía un retorno de tu parte
más que un beso y un abrazo.
Mi amor no quiere sostenerte en brazos para que sigas mi camino,
quiere que casualmente
andemos por el mismo sendero;
hasta que tal vez un día,
elijas un camino aledaño
y tomes otro rumbo.
O tal vez no.
sábado, 31 de agosto de 2013
Volviendo a nacer
Estábamos en el auto.
Yo te decía que me sentía extraño,
desconocido; que algo dentro mío no andaba bien.
De pronto un mar de lagrimas atacó a mis ojos que no supieron evitar el diluvio.
Fue así como empecé a escarbar dentro, muy adentro.
Casualmente eras tú quien iba sentada en el asiento del copiloto,
el mejor de los tacos fue el clima perfecto para mi llanto.
Unos días después insistimos en asistir a una tocata
que realmente no tenía ni principio ni fin,
pero teníamos que estar juntos esa noche.
Algo extraño salió de mí. Me desconocí denuevo.
Me sentí hasta otra persona, otro yo, porque lamentablemente
no podía pensar que no era yo el que gritó desesperado aquella sentencia desubicada que no tuvo lugar.
Fue así como seguí escarbando dentro, más adentro.
Casualmente eras tú quien estaba conmigo esa noche sin sentido, ahora con mucho sentido.
En vaivenes tormentosos descubro mis traumas de la infancia. Jamás antes los supe ver y ahora que los veo, aprendo a sanar y vuelvo a nacer.
Me reconoces.
Me reconozco.
Nos re conocemos.
Yo te decía que me sentía extraño,
desconocido; que algo dentro mío no andaba bien.
De pronto un mar de lagrimas atacó a mis ojos que no supieron evitar el diluvio.
Fue así como empecé a escarbar dentro, muy adentro.
Casualmente eras tú quien iba sentada en el asiento del copiloto,
el mejor de los tacos fue el clima perfecto para mi llanto.
Unos días después insistimos en asistir a una tocata
que realmente no tenía ni principio ni fin,
pero teníamos que estar juntos esa noche.
Algo extraño salió de mí. Me desconocí denuevo.
Me sentí hasta otra persona, otro yo, porque lamentablemente
no podía pensar que no era yo el que gritó desesperado aquella sentencia desubicada que no tuvo lugar.
Fue así como seguí escarbando dentro, más adentro.
Casualmente eras tú quien estaba conmigo esa noche sin sentido, ahora con mucho sentido.
En vaivenes tormentosos descubro mis traumas de la infancia. Jamás antes los supe ver y ahora que los veo, aprendo a sanar y vuelvo a nacer.
Me reconoces.
Me reconozco.
Nos re conocemos.
jueves, 27 de junio de 2013
Vivir entregado a la energía global,
saber el momento,
saber el lugar.
Estar donde tienes que estar, es simplemente dejarse llevar.
Al cabo observarás que eres el director de una orquesta
de experiencias, un azar de coincidencias, entendiendo la palabra como algo que incide en conjunto,
en el mismo lugar, en el mismo momento; y ahí estás, todo parece brillar.
La parte difícil es sin duda, asumirlo.
Asumir un presente volátil; cuando llevas las alas abiertas,
es el viento quien dirije el vuelo.
Vivir cada momento con felicidad,
sabiendo que de una u otra manera, lo has escogido
entre otros caminos que estaban ahí; siempre están, puedes mirar hacia
ambos lados y elegir uno de ellos,
o también, caminar recto, sin espacio al cambio,
al increíble e incierto futuro donde todo es posible, simplemente porque es desconocido.
En lo desconocido espera un mundo de experiencias,
de gente que se cruza en la ruta aparentemente de manera casual: co - incidencias, más que una casualidad, diría yo, una elección.
Amo las sorpresas coincidentes,
respeto cada paso y cada encuentro, todo tiene sentido
y si parece no tenerlo, ya lo sabré después,
cuando la experiencia concluya,
cuando haya un aprendizaje.
Mientras tanto, quiero vivir.
Gracias por coincidir.
viernes, 3 de mayo de 2013
Ecuaciones
Cuando era época de certezas, pensaba que había un sistema, una ecuación para la vida y creía ser capáz de resolverlo, de descubrirlo y aplicarlo. Algo así como: x contexto + x decisión = x resultado activado en la vida. Creo que de alguna forma se puede establecer este sistema, no sé si se puede aplicar como regla general para todas las personas, o es simplemente el resultado de nuestras caídas y puestas de pié que nos enseñan por dónde no volver a pisar. Lo increíble es que en ciertas áreas, volvemos a pisar varias veces, hasta quizás aprender la pisada, más que dejar de pasar por ahí, el ser humano es obstinado y quiere conseguir lo que se ha propuesto a veces sin pensar si aquello hace realmente un sentido con su vida. O quizás no, quizás la forma es vivir la vida sin esperar un retorno, un sentido para la razón inmediato, quizás el sentido, no debe ser observado por la razón y sí por la intuición, porque hasta qué punto la razón es el único factor de la ecuación? pues el ser humano cuenta con una potente parte animal que tiene habilidades que no se pueden resumir en palabras o en sentidos solamente, mas sí en certezas provenientes de un lugar que no sabe dar razones pero que puede llenar ese vacío que la mente no puede completar: probablemente a eso se refiere aquél símbolo conocido con el nombre del Ying Yang, que señala un equilibrio perfecto que conforma un círculo, lo que sugiere un ciclo que ni tiene fin, la única curva perfecta y quizás sea eso lo que nos hace sentir que hemos pasado varias veces por los mismos lugares, vivencias, situaciones pero siempre permite una reflexión considerando el nuevo factor: el contexto actual. Hay entornos más adecuados para ciertos objetivos en la vida. Vivir en ires y venires de lugares que en ciertos momentos nos hacen más sentido por ejemplo explica una búsqueda, una realidad mezclada con inexplicaciones y contextos diferentes. En esta forma, de cualquier manera se obtienen aprendizajes, existe un crecimiento ineludible en cada instante, en cada vivencia. Liberar la mente para permitir un estado de incerteza es sin duda un gran desafío y un presente complejo. Qué ocurre en ese momento? nace la creatividad. De tanto observado y todo lo vivido, en la suma de lo pasado, se conjugan ideas actuales que sí tienen sentido, nacen ahí las nuevas certezas, las grandes conclusiones. Las vamos reuniendo y van conformando nuestro libro de conclusiones, que van formando nuestro ser único e irrepetible; parece ser increíble que de tanto que tenemos en común en la raza humana, ese ser completamente simétrico, la obra prima de la naturaleza, somos todos una pieza geométrica totalmente única. Sin embargo, seguimos siendo capaces de reconocernos en los demás, de sentirnos parte de una especie y de actuar como manada, de compartir comportamientos, costumbres, formas de vida.
El sur es definitivamente uno de los contextos en los que quiero y necesito vivir, pero no quiero dejar de lado la otra parte del Ying Yang, llamémosle a esta, la mitad de tono negro, es la que asimilo con las experiencias vividas en el contexto de ciudad, ese ritmo de vida más apurado y en donde muchas veces el norte parece perderse en el horizonte y encontrarse en cualquiera de los puntos cardinales. Cómo congeniar un Ying Yang para la vida? cómo establecer una forma que permita las dos partes para completar el ciclo rumbo a la perfección?
Ese es el dilema.
miércoles, 1 de mayo de 2013
Certeza (incerteza)
De lo que no quiero sí que puedo hablar.
No quiero entregar mi libertad.
Ni dejar de amar.
No quiero saber olvidarte,
ni aprender a olvidar mi historia.
Tampoco quiero dejar de ser quien soy,
aunque a veces parezca que está mal ser como soy.
No quiero que dejen de estar ahí cada vez que vuelvo,
que dejen de aparecer todos juntos en el primer y último día de algún viaje.
No quiero olvidarme de lo que he sentido en otros tiempos,
aunque no creo realmente que eso sea posible.
No quiero irme, ni quiero volver.
No estoy jugando a la vida,
estoy recordando a un niño,
entrando en su cabeza,
sintiendo lo que sentía,
sabiendo lo que querría,
olvidando lo aprendido en los años venideros,
que ensañados enseñaron cómo olvidar lo que era vivir sabiendo que lo único importante era soñar.
Yo sólo quiero ser.
No quiero entregar mi libertad.
Ni dejar de amar.
No quiero saber olvidarte,
ni aprender a olvidar mi historia.
Tampoco quiero dejar de ser quien soy,
aunque a veces parezca que está mal ser como soy.
No quiero que dejen de estar ahí cada vez que vuelvo,
que dejen de aparecer todos juntos en el primer y último día de algún viaje.
No quiero olvidarme de lo que he sentido en otros tiempos,
aunque no creo realmente que eso sea posible.
No quiero irme, ni quiero volver.
No estoy jugando a la vida,
estoy recordando a un niño,
entrando en su cabeza,
sintiendo lo que sentía,
sabiendo lo que querría,
olvidando lo aprendido en los años venideros,
que ensañados enseñaron cómo olvidar lo que era vivir sabiendo que lo único importante era soñar.
Yo sólo quiero ser.
viernes, 15 de marzo de 2013
Una historia.
a.paseos por
la calle, rumbo incierto, tiempo inexistente...
realidad
única, viento en la cara. ,
Manos cómplices.
Besos sorpendentes.
Amor de medianoche
y amanecer sin percibir.
La vida en
pasos inciertos que no precisan saber el rumbo;
la libertad y la intuición como ying y yang:
sólo respirar la vida
en aquél instante
en que todo y nada
puede pasar.
el miedo no forma parte del aparato
son sólo el instinto y la libertad.
los pasos y el andar tan sólo por estar ahí
porque dos almas
se han hecho una
por un momento
se respetan
se desean
se aman.
y se dejan
ir.
no saben de
retener.
ellas sólo
saben volar.
b.Tus claves...
El instinto y la libertad, no es asi?
Pues dejame ahora hablar a mi...
Ha llegado el momento de decirte como soy...
Soy lengua
aventurera,
Soy pez
fuera del agua,
Soy lapiz
callejero,
Soy noches
desvelada,
Soy sangre
de lagarto,
Soy lagrima
barata,
Soy pura
incertidumbre,
Eso soy,
algo de eso soy...
Soy globo en
una caja,
Soy algodon
y roca,
Soy palpito
severo,
Soy vena de
hilo fino,
Soy
laberinto ciego,
Soy paso
rapidito,
Soy varias
obsesiones,
Eso soy.
Algo de eso soy...
Pero hoy yo
quisiera ser cancion.
a.quiero
conocerte mejor.
Confío mucho
en el tiempo,
esa gran
sabiduría genial que maneja los encuentros del alma.
b.Me voy...
un beso.
a.Un beso.
y un abrazo.
y un pálpito
en el pecho.
Un te quiero
porque no me
aguanto.
Porque es
cierto.
domingo, 20 de enero de 2013
Un salto a lo más mío.
De los abrazos dados,
me llevo los recibidos,
cargados de energías enriquecedoras,
alegrías sanas,
amores de amigos y pasajeros.
Si me preguntan cómo vivo la vida,
puedo decir que alegre recibo el presente
y abrazo al porvenir.
Dí un salto al sur,
al reencuentro con lo más mío.
Dí un abrazo apretado a mis sueños en estos días,
te miro sonreir y mi alma se llena de sabiduría.
me llevo los recibidos,
cargados de energías enriquecedoras,
alegrías sanas,
amores de amigos y pasajeros.
Si me preguntan cómo vivo la vida,
puedo decir que alegre recibo el presente
y abrazo al porvenir.
Dí un salto al sur,
al reencuentro con lo más mío.
Dí un abrazo apretado a mis sueños en estos días,
te miro sonreir y mi alma se llena de sabiduría.
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